Estrenamos el Viernes 6 de Junio a las 21. 20/05/03

Mas de una vez hemos escuchado la expresión refiriéndose a tal o cual persona, "es como los teros pone los huevos en un lado y gritan en otro"; quizás la estrategia de los teros sea una forma de vida a la cual todos nos hemos adaptado casi sin darnos cuenta, y así encerramos los dolores en algún rincón de nuestras almas, y gritamos victorias ficticias para despistar mas que a los otros a nuestras propias conciencias.

En el caso especifico de esta comedia enmarcada en el realismo absurdo, la alegoría de los huevos de tero, nos permite sumergirnos en un mundo en el cual dos excluidos de la sociedad sobreviven a las miserias cotidianas, engañándose a sí mismos y sus compañeros de desgracias.

La famosa zanahoria, detrás de la cual camina el burro para no alcanzarla nunca, acompaña a la metáfora de los teros en esta ingeniosa comedia, la carrera detrás de los sueños, el miedo al amor, la opresión de la convivencia, las mentiras y los engaños, son parte de esta pieza que utiliza los enredos y las confusiones en una historia sencilla, para complicarse hasta llegar a las puertas de la locura, sin perder el camino del humor.

No hay buenos o malos en ?Huevo de Tero?; sino sencillos hombres que a su manera luchan contra el fracaso de sus vidas, una mujer que enfrenta a su pasado y a sus miedos para poder construir su futuro abrazada al amor.

Estos personajes no se hacen preguntas complicadas, ni se sumergen en profundas divagaciones acerca de la vida y la libertad, le pelean al encierro y al hambre casi calladamente mientras sus almas buscan el alivio o el escape de este mundo que los oprime y les arranca los sueños, pero sin perder la alegría de estar sencillamente vivos.

Es en ese mundo en el cual reina el absurdo, que funciona como una lupa que aumenta nuestro absurdo cotidiano, en el cual se escucha el canto libertario del autor en el final de la misma, como un llamado a la esperanza que nos permita, en lo que parece un acto de locura, liberarnos de los miedos y las opresiones y buscar a la vida con el corazón una vez mas.

Marcelo E. Rodríguez