fbpx
Escribir un comentario

Opinión del diario: Muy Bueno.

 

Provocador Pirandello en una notable puesta.

 

Carlos Gandolfo ha desentrañado el pensamiento del autor italiano y ha logrado expresar las contradicciones, de lo que resulta un espectáculo extraño y provocador...

 

"Cada uno tiende a casarse para toda la vida con una sola alma, la más cómoda, pero después, fuera del honesto techo conyugal de nuestra conciencia, tenemos amoríos con todas nuestras almas desechadas que están relegadas a los subterráneos de nuestro ser, de las que nacen actos y pensamientos que no queremos reconocer o rechazamos, sin saber de dónde vienen, y así, obramos sin saber por qué” (Luigi Pirandello).

 

Esta frase del amigo de Doro, uno de los protagonistas de “Cada uno a su modo”, es la base de juego de espejos que desarrolla la pieza que Carlos Gandolfo ha estructurado como una especie de caos aparentemente desorganizado, que sin embargo, analizado en cada una de su partes, tiene una lógica. Como el hombre de “Uno, ninguno y cien mil” o como el padre de “Seis personajes en busca de autor”, las criaturas parecen contradecirse permanentemente. Pero cada una de las almas que las habitan tienen sus razones. Cada ser es un multitud, cuyas voces resuenan en su mente. Si no alcanzamos a entendernos a nosotros mismos, ¿cómo es posible que podamos entendernos con otros? Renunciando al mundo material, por que la verdadera felicidad se encuentra en el mundo espiritual, responde el autor.

 

Gandolfo incluye e un ¡o de los intermedios un relato de libros sagrados hindúes en el que Arjuna es instruido por su dios, que lo exhorta a permanecer en su morada interna, completamente apartado del mundo exterior, cerrando herméticamente las puertas del cuerpo, que son las avenidas de los sentidos. Pero los personajes de la pieza continúan en el caos que deviene de tratar de imponer sus opiniones, juzgando la realidad conforme a la visión parcial que cada uno tiene de acuerdo con el momento en el que vive. La experiencia es apasionante, aunque de difícil acceso. Pero las obras de Pirandello, que se adelantaron a su tiempo y aún hoy pueden ser consideradas de vanguardia, no fueron aceptadas dócilmente por los espectadores de su época, que a veces llegaron a los puños. La misma extrañeza domina hoy al publico, que en ocasiones se ríe de lo que sucede en escena, aunque en el fondo lo gane un cierto malestar. Carlos Gandolfo ha desentrañado el pensamiento del autor italiano y ha logrado expresar las contradicciones, de lo que resulta un espectáculo extrañó y provocador.

 

El elenco de jóvenes actores se desenvuelve satisfactoriamente, con un parejo nivel, aunque por el peso de sus personajes se destacan Duilio Orso y Lucio Cerdá. Otros puntos a favor merecen la escenografía del propio Gandolfo y el diseño de iluminación de Roberto Traferri. También, la magnifica banda sonora, los maquillajes y el vestuario.

 

Como todo creador verdadero, Pirandello se adelanto a su tiempo. Es tarea de los maestros correr el riesgo de poner en escena espectáculos que abran nuevos caminos. Gandolfo acepto el reto, y los espectadores inteligentes no podrán menos que agradecérselo.

 

NINA CORTESE

Decinos algo acá...
Cancel
Ingresar con ( Registrarte ? )
o escribir como invitado
Cargando comentarios... The comment will be refreshed after 00:00.

se el primero en comentar!!!