LUZ DE GAS

Patrick Hamilton

Como director teatral (un arte que heredó de su padre, el inolvidable Carlos) Matías Gandolfo ha apelado, afortunadamente, a títulos del repertorio del teatro independiente. Yo estuve aquí una vez, de John Priestley, y dos piezas de otro dramaturgo británico (también de la primera mitad del siglo pasado), Patrick Hamilton, afirman ese camino: La soga y Luz de gas. Esta última es un sólido texto estructurado en torno de un caso policial, un hombre que busca quebrar las débiles defensas psíquicas de su esposa para internarla y quedarse con sus bienes; todo eso mientras guarda un terrible secreto. Sobre ese argumento que remite a guiones cinematográficos de Alfred Hitchcock, (admirado por Gandolfo) se desliza fluidamente la historia, con personajes bien plantados, con sus firmes decisiones y humanas ambigüedades. Dora Baret, Jorge Sassi, Carolina Laursen, Vilma Ferrán y Gustavo Cenatiempo componen un elenco que integra a la perfección la solvencia y el oficio de los dos primeros con el fervor muy bien encauzado de los tres restantes. Un espectáculo disfrutable en el ámbito de una casa de Almagro devenida en cálido teatro. (Actors Studio). J. M.